LOS TAJOS DE ALHAMA DE GRANADA , MUCHO MÁS QUE MONUMENTO NATURAL; Por Rosana Saburo

Encumbrado sobre una formación geológica, suspendido sobre sus tajos, el municipio granadino de Alhama, a 58 km de la capital, guarda tesoros incalculables, demostrando que tanto la historia del planeta, como la historia de sus habitantes, está siempre en continuo movimiento.

Dentro del Parque Natural de las Sierras Tejeda, Almijara y Alhama, a lo largo del curso del río Alhama, los tajos, forman zonas hundidas que se rellenaron de materiales naturales, incluso fósiles, observándose éstos en las areniscas, en forma de incrustaciones.

La erosión constante de todos los elementos fue perfilando un paisaje diverso, de gran valor natural, formándose un bosque de galería, entre el agua y la tierra.

Lo que hace millones de años eran mares interiores, ahora es un entorno idílico, con variedad de árboles perfectamente adaptados al entorno, entre otras especies, chopos, sauces, fresnos que dan estabilidad al curso del río, a la vez que, ofrecen un soporte para la vida animal.

El paseo otoñal por los Tajos de Alhama se viste de colores amarillentos, anaranjados, con los sonidos del agua de fondo y del viento que hace caer las hojas, forrando el suelo de pétalos, como si una alfombra muy mullida se tratara, generando chasquidos característicos sobre la pisada de la bota.

Los márgenes del Tajo han sido aprovechados para tierra de cultivo, incluso explotación maderera, otros fines más domésticos, como los antiguos lavaderos, con pilas para lavar, nos apuntan cómo se aprovechaba la roca, la piedra natural, para lavar a mano.

Antiguas construcciones de fábricas de harina, los molinos harineros, sirvieron para trabajar los cereales producidos en la zona, hoy día sólo quedan restos de edificios que, en su día, dieron vida constructiva en el Tajo, elaborando uno de los ancestrales cereales, el trigo.

Sin duda, este paisaje está cargado de historia, siendo la fisonomía estratégica del Tajo determinante para facilitar momentos históricos claves, como fue la conquista de Granada.

Los Tajos de Alhama fueron testigos de múltiples rutas históricas, un lugar y paso decisivo, cruzarlo, significaba conectar vida natural con urbana.

Un mirador privilegiado, modelado por el río Alhama, los Tajos de Alhama elevan a su municipio a un enclave que sobresale a lo largo de la historia y que ha sido capaz de enlazar, lo natural con la vida de los diferentes pueblos que lo habitaron.

https://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/portal/landing-page/-/asset_publisher/4V1kD5gLiJkq/content/monumento-natural-tajos-de-alhama/20151

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LISBOA, EL ASCENSO DE LA CAPITAL PORTUGUESA COMO UNA DE LAS MEJORES CIUDADES DEL MUNDO; Por Rosana Saburo

De lejos, desde el puente 25 de Abril, cuando te acercas a Lisboa, ves una ciudad inundada de luz, que mira hacia el río Tajo y al mar, te acoge, sin más, sin pedir grandes esfuerzos para comprenderla y vivirla.

La ciudad lisboeta se erige sobre siete colinas pertenecientes a una extensa zona volcánica, ya erosionada, permitiendo que estas laderas y cerros ofrezcan miradores, con las mejores vistas y panorámicas de una capital que fluye, teniendo en cuenta, historia y modernidad.

Desde tranvías de madera hasta modernos funiculares, las estrechas calles seducen al paseante en barrios tan antiguos, como el de Alfama.

Pisar en las aceras sobre adoquines, piedras en forma de cuadrado, te da que pensar, el por qué de este componente en el suelo exterior de la ciudad, decisión tomada tras el gran terremoto y posterior tsunami del 1 de noviembre de 1755, todo el material de viviendas que colapsaron fue reutilizado para reconstruir una ciudad devastada.

A pesar del terremoto, Lisboa es valorada como una de las ciudades más antiguas del mundo, su reconstrucción respetó este largo pasado histórico.

Lisboa es una ciudad entusiasta de pintadas o graffitis callejeros, convirtiéndose en referente en este arte, reconvirtiendo la ciudad en modernidad y novedad, sin perder contenido tradicional.

Subiendo las escaleras de San Cristobal en el barrio de Alfama, un graffiti de colores vivos y alegres, exhibe lo presente que está en la ciudad el fado, la música portuguesa más reconocida en todo el mundo, la esencia de Portugal.

La fotografía de esta entrada muestra la plaza de Figueira, en el centro de la ciudad, un espacio muy concurrido y animado, con puestos de ventas, además muestra la estatua ecuestre del rey medieval, Juan I.

En esta plaza se planificó el revestimiento con azulejos, en las fachadas de los edificios que la rodean, quedando pendiente este elemento decorativo, que hace de Lisboa la capital del azulejo, todo un arte que deja otro patrimonio histórico en la capital lusa.

Lisboa es una capital cosmopolita, acogedora, alegre, multicultural, que ofrece distintos ambientes para visitarla y que rinde homenaje a sus primeros navegantes que miraban al mar, una ciudad punto de inicio de muchos viajes exploratorios.

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PARQUE NACIONAL PEREDA-GERÊS, UN REINO NATURAL EN EL NOROESTE DE PORTUGAL, UNIÓN DE VIDA SALVAJE Y ACTIVIDAD HUMANA; Por Rosana Saburo

Si queremos apreciar el equilibrio, entre naturaleza y vida humana, el Parque Nacional Pereda-Gerês es una muestra que todavía, se puede conseguir, la combinación de asentamientos humanos en un hábitat natural.

Fue todo un descubrimiento visitar durante dos días este parque nacional ubicado al Noroeste de Portugal, lindando con la Comunidad de Galicia, provincia de Ourense.

Con espacios naturales bien diferenciados, desde los verdes valles en los que hay más asentamientos de pueblos, zonas de riscos y rocas graníticas, pinares, bosques de robles, hasta dar paso, a uno de los elementos predominantes del parque, el agua, bien en forma de ríos, arroyos, lagunas, cascadas impresionantes, como la de Portela do Homen, todo un mosaico natural en el que la convivencia de personas y naturaleza se ha dado a lo largo de la historia.

En las sierras de Peneda, Soajo, Amareda y Gerês desde tiempos prehistóricos, hay vestigios de presencia humana, en forma de construcciones, hay desde dólmenes, vías y caminos romanos, fortalezas medievales, hasta los básicos corrales en plena montaña, realizados con piedras apiladas.

Auténtica belleza natural la que es extiende en Mata de Albergaria, en el bosque de robles que transcurre en la estrecha carretera desde Gerês hasta Portela do Homen, estrecha para evitar los estacionamientos de vehículos, sólo autorizados en zonas indicadas; Una gozada abrir todas las ventanas del coche, sin otro vehículo detrás, sin superar el velocímetro 30, un bosque tupido de musgos, plantas que trepan y se cuelgan en los cedros, todo un edén natural.

Y en esta naturaleza desbordante, los animales tienen su espacio, los lobos, corzos, águilas, cabra montés, de nuevo esa combinación de vida salvaje, con pueblos que pueden escuchar los aullidos de lobos.

Las pozas naturales tras cascadas como la de Arado, de fácil acceso, tras subir unos escalones, se puede contemplar desde el mirador, nos muestran el protagonismo de los cursos del agua.

Y desde los miradores, das Rocas y Pedra Bela, las panorámicas son espléndidas para perder la vista en los paisajes.

Desde el mirador Das Rocas a 800 m, se puede ver la sierra de Gerês, cascada de Arado, una de las mejores vistas del parque, como también desde el mirador Pedra Bela, desde el que fue tomada la foto, un enclave con mucho encanto, en el que observar las montañas, ríos, pueblos, el embalse de Caniçada, es un lujo.

Con toda la belleza natural del Parque Nacional Pereda Gerês, mantenida a lo largo del tiempo, sus habitantes han logrado ese delicado equilibrio, que es imprescindible para que perdure, vivir en un espacio natural, integrándolo en sus vidas.

Y llegados a este punto, este paraíso natural, nunca debería perderse.

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