PARQUE NATURAL DE SOMIEDO, ASTURIAS, RESERVA DE LA BIOSFERA; Por Rosana Saburo

Visitar el Parque Natural de Somiedo, en Asturias, es acceder a la máxima  biodiversidad de gran belleza natural. Primeramente lo inexpugnable de su elevación, paredes verticales de granito acompañan la conducción hasta llegar a uno de los pueblos del Parque, Pola de Somiedo, donde nos alojamos.

Las rocas se han superpuesto, emergiendo en vertical, zonas ideales para el refugio de fauna diversa, vertebrados en gran parte, muchos en protección, como los osos.

El color verde de los valles se impone, las montañas se elevan aún más, incluso vemos    claramente cobertura de nieve.

El Parque Natural de Somiedo invita a vivirlo caminando, haciendo senderismo, caminos bien conservados que guían hacia miradores, picos, ríos, arroyos, regueros, vistas preciosas, en definitiva.

El sonido del agua bajando, perdiéndose bajo la tierra, se encaja hacia abajo buscando El  Mar Cantábrico.

Las cabañas con cubierta vegetal, hechas con piedra, nos dan una idea de la importante actividad ganadera, de pastoreo en esta zona; Resisten al tiempo como los materiales sobre los que están edificadas.

Los entornos de estas cabañas son de gran belleza, bosque, arroyos, resguardadas por el poderío de  picos y montañas.

Nuestro recorrido fue la subida al Lago del Valle, una ruta muy visitada y conocida por tantas personas enamoradas de este enclave natural.

El recorrido hacia Lago del Valle se hizo desde el pueblo donde nos alojamos, Pola de Somiedo.

Rodeado de picos se esconde el Lago, también vemos la presa, las vistas de lo andado, de la subida realizada es espectacular, el camino ahora es una linea serpenteante de tamaño muy pequeño.

La naturaleza ha determinado la vida en Somiedo, pueblos que han construido con elementos naturales, que viven del entorno, que saben valorar y comunicar el lugar donde viven.

El Parque Natural de Somiedo es una maravilla natural, merecida la catalogación de Reserva de la Biosfera porque la conservación, el desarrollo de la población y la continuidad, aquí, están aseguradas para el futuro.

Somiedo es perderse en el espectáculo de la naturaleza.

Otros pueblos quisieron entrar y conquistar este lugar, sin embargo, se encontraron con lo más determinante, un paraíso inconquistable.

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SANTORINI, LA FUERZA DEL VOLCÁN; Por Rosana Saburo

Nos acercábamos a la isla de Santorini y me sorprendió la piedra volcánica, el color negro de las rocas; Alzando la vista arriba de los acantilados se asomaba Thira, Fira, la capital de la isla.

Sí, había leído sobre Santorini, lugar turístico, a visitar; Rápidamente comprendí que quería vivir la subida a Fira caminando a través de cuestas empinadas, empedradas, compartiendo camino con burros que transportaban a todos aquellos que decidieron desplazarse sobre estos animales.

No olvidaré esas caritas sobre los burros, éstos  resbalaban sobre el camino empedrado con sus propios excrementos; Y ese olor; Fue una experiencia más que no quitó ese encanto de ir alcanzando poco a poco la capital encaramada en todo lo alto del acantilado.

Casas de color blanco como las de tantos pueblos de mi tierra, Andalucía, pintadas de azul mediterráneo en tejados, puertas, ventanas. Viviendas dedicadas al turismo, muchas con piscina, que aún con dificultades de llenado de agua dulce por la escasez del elemento en estos puntos geográficos, dan a esta ciudad la belleza que no se olvida.

Fira aprovecha el terreno, se escalona sobre los acantilados, se alza sobre la caldera que hace miles de años fue testigo de una de las mayores explosiones volcánicas registradas.

La caldera esconde tesoros  volcánicos que nos sacuden y recuerdan que estamos sobre un arco volcánico en activo.

Santorini, la isla que renació del magma, de la fuerza brutal de la naturaleza que ahora miles de turistas admiran, otros incluso viven sobre ella; Espacio frágil y fuerte como la roca volcánica sobre la que se asienta.

Grandes cruceros se acercan tanto como las cartas de navegación lo permiten, turistas de todo el mundo que desean conocer este enclave.

Lugar de paso, comercial, histórico, de distintas civilizaciones y culturas.

Me sorprendiste, me enamorastes

que fue lo que me distes Santorini

quizás tu fuerza o lo que ocultas tras esta fuerza

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VENECIA, SIEMPRE BELLA; Por Rosana Saburo

Retrocediendo al pasado mes de septiembre, en esta ocasión me detengo en Venecia, ciudad desde la que partimos para continuar viaje por el Mediterráneo.

Desde las alturas escribir de Venecia es posicionarse en un lugar privilegiado, único para admirar todavía más a esta gran ciudad.

Desde el Canal de la Giudecca los canales son auténticas calles en las que las embarcaciones desplazan tanto a venecianos como a turistas sobre aguas, esta vez tranquilas.

Las cúpulas de iglesias, basílicas sobresalen entre tejados rojizos guardando tesoros de una ciudad histórica que inspiró a grandes artistas y personajes.

Artistas que nacieron aquí,  otros se establecieron para siempre, quedándose hasta el final, atraídos por la fuerza y el empuje de una ciudad eterna.

Venecia, entre aguas mediterráneas ha logrado formarse como un emplazamiento para crear, descubrir, imaginar, pensar en definitiva; Y el arte en este punto logró máximos esplendores.

Venecia ha sobrevivido a mareas, inundaciones, a los rigores del agua, del clima, sin embargo todas estas vicisitudes han permitido atraer a grandes creadores.

La ciudad ubicada estratégicamente se hizo fuerte, como una fortaleza entre las aguas, al mismo tiempo abierta al mundo, a la influencia cultural.

Venecia continúa abriéndose a la humanidad, gran receptora de turismo, se adapta a etapas presentes, no sin olvidar sus problemas y retos actuales.

Su rico conjunto artístico hacen de Venecia una ciudad imprescindible para visitar y perderse con ella.

Desde las alturas, la ciudad se abraza al Mediterráneo, se funde en él.

La Plaza de San Marcos desde el Canal de la Giudecca es una vista que embelesa y es que El Palacio Ducal, La Basílica de San Marcos y El Campanario te transmiten la belleza de este gran centro de Venecia.

En este punto, la gran ciudad se entrega al mar, se inclina, desciende, como si se quisiera ocultar  bajo las aguas que la hacen vivir.

Igualmente, los viandantes se paran  en el borde del agua, se asoman al mar y vuelven desde allí a admirar de nuevo la Plaza San Marcos.

Venecia siempre movida por el mar

bella por dentro y fuera, ciudad eterna

nunca dejes de moverte…

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