LA ALBUFERA DE VALENCIA, EL MEJOR ATARDECER EN BARCA; Por Rosana Saburo

La laguna costera de la Albufera, hoy parque natural, tuvo hasta 1986, fecha en la que se reconoció como Parque Natural, un largo recorrido histórico, no exento de grandes peligros para su supervivencia, porque no siempre fue respetada por la mano humana.

Hoy La Albufera, puede presumir de un espacio a muy poca distancia de una gran ciudad,  Valencia, que exhibe sus atractivos para disfrutarse de múltiples formas, caminando, en bicicleta,  bañándose, paseos por la playa, en barca, ver magníficos atardeceres en el mejor de los silencios, sólo cortado por bandadas de aves en busca de nuevos lugares para pasar la noche, son sólo algunas propuestas, sin olvidar, la gastronómica, en busca de ese punto de arroz, socarrat, la parte tostada de la paella, un sabor tan característico en esta zona.  

La Albufera, como tal marisma litoral es cambiante, sus lagunas se llenan o vacían de agua, sus canales oscilan, la arena fina movible modela las doradas dunas, los perennes pinos pierden las hojas en forma de agujas, las aves migratorias se desplazan, todo un ecosistema mediterráneo de altísimo valor ecológico.

La playa de la Devesa o conocida  también como playa de la Malladeta es una extensa costa de arena y dunas pero situadas en plena Albufera, un privilegio de ubicación.

Del viaje a La Albufera me quedo con uno de los mejores atardeceres que he disfrutado en barca, el silencio mecido por las aguas de la laguna, la caída de la noche que daba paso a cientos de aves en busca de nuevos refugios.

Los árabes llamaban a La Albufera  “espejo del sol”, también es la imagen del triunfo del movimiento ciudadano, con el lema  “El Saler per al poble”, que logró la paralización de una macrourbanización, que hubiera cambiado para siempre la vida salvaje en La Albufera.

Enlace de interés: https://parquesnaturales.gva.es/es/web/pn-l-albufera/l-albufera

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CABO DE GATA-NÍJAR, SORPRENDENTE TERRITORIO SALVAJE; Por Rosana Saburo

Desde el faro del Cabo de Gata, el Arrecife de las Sirenas, formado por islotes volcánicos bañados por aguas cristalinas, ofrecía una primera presentación tan bella, como la de tantas playas, volcanes extintos y pueblos marineros que aguardaban en una escapada viajera, en pleno sur andaluz, en la provincia de Almería.

El Cabo de Gata estaba rodeado de belleza natural por todos sus rincones, frente al  mar Mediterráneo, un enclave biodiverso de paisajes desérticos ennegrecidos por la antigua actividad volcánica y que se alzó en 1987 como Parque Natural y más tarde Reserva de la Biosfera. 

Contrastaba el azul verdoso del mar con acantilados modelados de formas caprichosas, las calas recónditas escondían rincones idílicos para bañarse.

Nada de servicios playeros, estaba en plena naturaleza, las bolitas de posidonia llenaban los arenales, una de las protagonistas de la calidad de las aguas en este enclave.

Cuidado con las corrientes, no siempre estaba el agua en calma, así lo anunciaban los carteles recordatorios de precaución  por corrientes marinas, con dibujos que fácilmente ayudaban a comprender lo que había que hacer en estos casos.   

La bahía de Los Genoveses, muy cerca del pueblo de San José  albergaba una de las playas emblemáticas del parque, presidida por el morrón Genovés, tras subirlo, desde su mirador las panorámicas eran auténticas.

La playa de Los Genoveses ofrecía suaves dunas donde se dejaban ver plantas como el agave, una suculenta de zonas áridas.

Hacia tierra dentro, los cortijos estaban diseminados, el rebaño de cabras castellanas buscaba sombras de árboles y vegetación, era una jornada bastante calurosa.

En el Parque Natural todavía existía actividad económica, antes era el esparto, ahora la carne del ganado, también la agricultura tradicional, el equilibrio necesario entre el espacio natural protegido y un desarrollo sostenible.

Uno de los ejes del parque es el turismo, no sólo estacional, en verano, equilibrar la conservación del parque con las actividades económicas, todo un objetivo presente en esta zona.  

Un lugar especial del parque fue la Ensenada de Mónsul de arenas más oscuras y su gran roca característica en plena orilla, lo volcánico siempre estaba presente y se  impone.

Paisajes de películas porque estos parajes tan peculiares han sido filmados para el cine y otros trabajos audiovisuales.

Una joya de parque natural, donde el paraíso natural impera, donde incluso puedes sentir pequeños mordiscos de peces mientras te bañas.

Enlace de interés: https://www.andalucia.org/es/espacios-naturales-cabo-de-gata-nijar

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