Aunque la conozcas, vuelves a la ciudad de Córdoba porque cuando la descubres, sorprende y la admiras.
Paseando por su Judería, las flores toman el protagonismo en la ciudad, más aún durante primavera, siguiendo sus callejones, enfrente de la Mezquita, buscando el cauce del río Guadalquivir, llegamos al Alcázar de los Reyes, levantado en el siglo XIV, aprovechando la estructura y jardines del antiguo palacio califal.
Esa procedencia diversa de materiales, usos, arquitectura, fuentes, flores enriquece todavía más los edificios y las magníficas zonas ajardinadas que en la actualidad se pueden admirar.
El Alcázar de los Reyes fue residencia de los Reyes Católicos, lugar estratégico para preparar la Guerra contra el Reino de Granada que terminaría con la rendición de la ciudad.
Pero no sólo el Alcázar está unido a la Reconquista, también el Alcázar fue testigo de las visitas de Colón, que concretaron e impulsaron el viaje a América, bajo la protección de los Reyes Católicos.
De la visita al Salón de los Mosaicos se puede contemplar mosaicos romanos de los siglos II y III, trasladados desde las obras realizadas en la Plaza de la Corredera, el salón actualmente tiene un uso formal y protocolario.
Asomando la mirada a los balcones hay pistas de lo que está más abajo, el Patio Mudéjar que ha resistido el tiempo desde su construcción, en forma de rectángulo, terminando con dos albercas, rodeado por acequias o canales en los que el agua es protagonista, mantiene su sello andalusí, con frutales, limoneros, naranjos y otra flora aromática, como jazmines.
Los jardines del Alcázar acotados por las murallas, transformaron el espacio de las antiguas huertas, aunque su composición no es la original, lucen grandes fuentes y albercas, con plantas originarias de la zona.
Un deleite para los sentidos, todo ello acompañado por estatuas, entre éstas, sobresalen la de los Reyes Católicos con Cristóbal Colón.
Desde la terraza de la Torre del Homenaje con terminaciones en formas de prismas, las panorámicas de todo el conjunto del Alcázar son imponentes, subir las escaleras tiene su premio.
Córdoba provoca repetir, volver a verla, parece como que su función de capital histórica, se imponga a lo largo de los siglos y el Alcázar continúa plenamente integrado en la zona histórica de la Mezquita, espacio declarado Patrimonio de la Humanidad en 1994.
Enlace de interés: https://alcazardelosreyescristianos.cordoba.es//?id=3
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