PARQUE NATURAL DEL DELTA DEL EBRO, EL FINAL DEL RÍO Y EL COMIENZO DE LA VIDA; Por Rosana Saburo

Cada viaje es especial, pero este me ha dejado huella; Quizás por los sonidos de la naturaleza, de las aves, la vida de los humedales, el atardecer, los ciclos del arrozal, el trabajo de la tierra en el delta, la pesca, y tantos otros tesoros de este espacio privilegiado del Mediterráneo.

El Parque Natural del Delta del Ebro, ubicado en la provincia de Tarragona, es mucho más que la desembocadura del  río Ebro; Como final de un gran río largo y caudaloso, no podría tener otro espacio mejor que un delta para depositar sus orígenes en el mar, creando un entorno perfecto para la vida de las aves y sus pobladores.

Los miradores facilitan los avistamientos de muchas clases de aves, las miradas se pierden en humedales, pequeños arroyos, canales, flora típica, aguas saladas, dulces,  o las de los arrozales, ambientes idóneos para la diversidad natural de animales y plantas.

Los barcos organizados para dar paseos a un turismo que apuesta por la naturaleza, facilitan esa otra perspectiva en la desembocadura del Ebro, de estar sobre la unión del río y el mar.

La historia del Delta del Ebro está unida a la actividad humana, actualmente al cultivo del arroz. Esta actividad marca biológicamente la tierra, la vida de los animales, los colores, las formas, los movimientos de las acequias, canales, el paso del agua.

Y este entorno te conduce a deleitarte con sabores mediterráneos, con una paella por ejemplo, cocinada en restaurantes de la zona que conocen y cuidan los productos tanto de tierra, mar y río.

Las playas de arena dorada, solitarias, salvajes invitan a caminar, pasear y disfrutar en plena naturaleza.

La Punta del Fangar hasta El Faro es un paseo estupendo, mejor si está el día nublado o algo fresco, porque caminar sobre las dunas, arena en movimiento, es como estar en lo mejor del desierto pero aquí rodeado de agua.

Inolvidable los atardeceres, máxima tranquilidad, el sol en pequeños recorridos acompaña también al mismo tiempo la intensidad de los sonidos de la naturaleza, equilibrio, a la vez frágil y fuerte, que te lleva a disfrutar de momentos mágicos.

La catalogación como Parque Natural del Delta del Ebro hacen de este enclave una reserva natural que pone de relieve ese delicado equilibrio entre la naturaleza y la actividad humana.

Es un espacio extenso, rico en ecosistemas naturales, que nos aporta beneficios diversos como diferente y complejo es el medio sobre el que se asienta El Parque Natural del Ebro antes y en el momento de abrirse al mar.

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COSTA BRAVA, PRIVILEGIO DEL MEDITERRANEO; Por Rosana Saburo

Sólo por su nombre, como es conocida Costa Brava, merecía viajar hasta aquí, situada en la provincia de Girona, en el extremo oriental de la península ibérica, Cataluña.

Comenzar por Cadaqués para ir bajando a otros pueblos más seguidos por la línea costera fue una buena opción, como podía ser otra, porque lo importante es el viaje en sí mismo.

Desde los primeros momentos de la historia, los pobladores se fijaron para establecerse aquí, acantilados, alturas, playas, bahías, tierras y aguas del Mediterráneo permitieron el desarrollo de los pueblos; El rigor del frío del Norte, con el  viento de la Tramontana también dejaba sitio para espacios con mayor calma.

La subida a Cadaqués sorprende por la altura, dejando abajo la línea costera, lo cuidado de la tierra, los bancales, dibujan olivos que parecen pintados.

Cadaqués, pueblo  blanco, marinero, en una bahía que incluso, sus aguas, también se movían con la tempestad, esperando el momento para continuar caminando y no mojarse; Buscamos ahora un enclave especial Portlligat, allí vivió Dalí, artista único que dejó un gran legado en este paraíso, su casa museo, compartido con los grandes de la época, Lorca, Buñuel, Picasso, entre otros.

Espacios naturales muy importantes se ubican en Costa Brava, uno de ellos es el Parque Natural de Cap de Creus que nos brinda la admiración de rocas que se quieren perder en el Mediterráneo, un paisaje sorprendente.

Ahora nos adentramos en la historia misma, caminando en senderos marcados, arena dorada, rocas, vemos Empuries, griegos, romanos eligieron Costa Brava, deleitándonos con un conjunto arqueológico de primer orden, templos, plazas, todo un entramado urbanístico dominando el Mediterráneo, ubicado estratégicamente en la parte alta de la costa, respetando al mar.

Empuries muy cerca de L’Escala, con playas, rincones marineros y deleite del sabor de anchoas que te llevan a meterte de lleno en aromas mediterráneos, comprendiendo mejor las motivaciones para vivir en Costa Brava desde la antigüedad.

Tossa del Mar, la subida hacia el castillo nos deja impresionados con las vistas, los elementos defensivos, cañones, que recuerdan lo codiciado que fue esta costa a lo largo de la historia; El barrio Vila Vella, sus callejuelas, un paseo bello, para disfrutar.

Ya de nuevo en Tossa del Mar carteles indican la inquietud de los vecinos por la posibilidad de construir un puerto deportivo a los pies de los acantilados.

Siempre la Costa Brava ha sorteado todo tipo de peligros pero, sin duda, actualmente la construcción es un enemigo permanente que acecha enclaves naturales de alto valor biológico.

Calleja de Palafrugell, nos da la oportunidad de visitar otro pueblo marinero que desemboca  en pequeñas calas, mientras más cercano a la costa este pueblo guarda más su aire marinero, quedando atrás modernas urbanizaciones.

Costa Brava es una joya turística conservada a lo largo de la historia, espacio natural único que es necesario preservar cómo lo hicieron desde la antigüedad sus primeros pobladores.

Abierta, mecida por el viento, en calma, Costa Brava, imperdible, para deleitarse en cualquiera de sus rincones, visitar sus pueblos y naturaleza mediterránea.

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